top of page

MOJAS LOS LABIOS

 

 

Mojas los labios en el rojo ardiente de la copa.
Estudiosa de los gestos. Tú, sí tú; que miras con
artificioso disimulo. Atrayente. Y mi alma, a tu
lado, se inquieta, estudiosa de tus gestos. Te
contemplo. Aquí, a tu lado. Como lo acaricias,
al cristal. Así me envuelves. Delicada. Sensible.
Rozas con las yemas el velo claro de la copa
y me miras de soslayo. Manantial de erotismo.
Compañera lujuriosa. Entornas con sapiencia
los ojos. Te fundes en un baño de placer, de
gozo; y reconoces el bálsamo soleado,
garnacha de tu infancia. Respiras, penetrante, y
el pecho resplandece. Me deslumbra. Fuente del
juicio macho mío. Te desnudo, aquí, a tu
lado. Tan solo viéndote. Encendido por tu
rostro ardiente. Acalorada ya. Acalorados.
De un trago acabas. De uno yo también acabo. Nos
volvemos a mirar. Sin soslayo. Límpidos y
profundísimos. Y tus labios aterciopelados,
ingeniosos, se confunden, de improviso, con mis
amontillados labios.

bottom of page